Como todos sabéis, la cantidad de residuos espaciales aumenta con cada lanzamiento. Son muchos los satélites que dejan de funcionar y los restos del fuselaje de los transbordadores espaciales que hay en nuestra atmósfera orbitando a la Tierra. Es un hecho que dichos residuos deben, en algún momento, caer a la tierra; pero este acontecimiento que os cuento supera todas las espectativas.
Seguramente ya sabréis (y si no, os lo digo yo) la NASA ha cerrado. Sí, cerrado, closed, cancelled, etc. Se ve que los países prefieren forrarse a investigar lo que sea. El caso es que las repercusiones de este hecho no han tardado mucho en dejarse notar.
Remontémonos al principio de la historia, que comienza con esta mujer: la duquesa de Cornwall.
¿Notáis algo raro? (a parte del guardaespaldas negro ninja)... exacto, lleva más brillante que las tetas de una stripper. El caso es que esta mujer ha decidido tirar sus joyas. Sí, tirar. Tiene tantas que quiere comprar nuevas y para hacer espacio tiene que tirar las viejas, pero se ha encontrado con el problema de que no hay espacio en ningún vertedero para meterlas todas. Por eso contrató a Planet Express:
La idea era que este transbordador se llevaría las joyas al espacio y la dejaría allí, pero al haber cerrado la NASA... han empezado los problemas. Todos los tesoros de la duquesa que orbitaban la tierra han comenzado a caer, y caer, y caer... en la isla de Japón. Tenemos las impactantes imágenes "donadas" por un fotógrafo aficionado al que se encontró con un topacio incrustado en el cráneo.
Terrible... esos meteoros de lujo han ocasionado grandes disturbios en Tokio, aparte de la explosión del último reactor de Fukushima.
Hasta donde podemos llegar...
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